Una vida de bordados

Sobre mí

En familia, junto a mi madre y mi tía: así llegué al mundo del bordado artístico, recogiendo el saber de una generación que, a su vez, lo aprendió de la anterior.

He dedicado más de 30 años a esta disciplina. Cuando comencé, el bordado todavía se abría como una carrera profesional para muchas mujeres. Lo ha sido para mí, a pesar de que el bordado se haya transformado en este tiempo, pareciendo por momentos que la automatización ponía en peligro nuestro oficio. Sin embargo, el interés por las creaciones artesanales, las piezas únicas y la personalización de los productos no solo no desaparece sino que va en claro aumento.

Mis colecciones

He trabajado casi siempre por encargo, cultivando los géneros del paisaje, el retrato y la imaginería religiosa. He realizado también copias de cuadros, así como joyas y bisutería para ferias artesanas. En mis colecciones propias, trato temas tan sugerentes como el circo, el arte clásico o la moda.

Mi concepción del bordado no es decorativa, sino que reclama atención de protagonista como obra artística. Las técnicas que empleo se asemejan en cierto modo a las de la pintura al óleo, porque juego con el color, el trazo y la profundidad de matices. Una amiga llama “HILÓLEO” a mi técnica: me gusta esa expresión.